Bankia, la filial comercial del Banco Financiero y de Ahorros (BFA), se ha propuesto poner en venta parte de sus productos financieros para así satisfacer los nuevos requisitos de capital impuestos por las instituciones públicas, concretamente la Autoridad Bancaria Europea (EBA).
Entre las mercaderías que Bankia pondrá a la venta podemos encontrar créditos, y otros activos, básicamente inmobiliarios, siempre que se consideren no estratégicos.
En paralelo con estas ventas, la dirección de la entidad presidida por Rodrigo Rato arbitrará una serie de medidas adicionales encaminadas a cumplir las últimas exigencias de capital. Hablamos de medidas como la generación orgánica de resultados y el replanteamiento de las gestiones del balance y el capital.
La idea consiste en vender a otras entidades financieras más carteras de créditos, ya sean al consumo o relativas a hipotecas.
Un ejemplo de esta operación lo proporciona el acuerdo comercial firmado el pasado verano por Bankia y el ecuatoriano Banco Pichincha España.
Gracias a esta venta, Bankia consiguió reducir sus activos amenazados por el riesgo, aumentar sus índices de liquidez y desembarazarse de las provisiones asociadas a tales créditos.
Lo cierto es que, según los datos manejados por la Autoridad Bancaria Europea (EBA), Bankia presenta un déficit de capital por valor de 1.140 millones de euros.