Credit Suisse ha destacado que la deuda de la República y de Petróleos de Venezuela sumará 10.100 millones de dólares (9.200 millones de euros) en 2016.
La entidad añade que de esos compromisos casi la mitad debe cancelarse en los últimos 3 meses del próximo año. Por ello, advierten que «lo más pronto que Venezuela podría hacer default sería durante el cuarto trimestre de 2016″.
La firma indica que el único pago fuerte por amortización es el del título de la República 2016 en febrero por 1,5 millardos de dólares (1,3 millardos de euros); bono que considera se pagará sin problema alguno y que en el caso de la República no existe ningún otro vencimiento hasta 2018.
La presión de pago más significativa para el país puede ser el vencimiento del Pdvsa 2016 por 1 millardo de dólares (909 millones de euros) en octubre. Luego le sigue la amortización del Pdvsa 2017, que implica un pago de 2,1 millardos de dólares (1,9 millardos de euros) en noviembre. Apunta que la deuda total del servicio de la deuda pública es similar en 2017 con 10,2 millardos de dólares (9,2 millardos de euros).
Credit Suisse también se refiere a las elecciones de la Asamblea Nacional e indica que la supermayoría de la bancada opositora tiene una fragilidad: «El gobierno puede tratar de suspender o remover los diputados para minar la mayoría de los dos tercios y reducir ese bloque de poder. Dado el fuerte apoyo para la oposición en esta elección, no descartamos la posibilidad de que este grupo de líderes pueda hacer un llamado a protestas de gran escala si esto ocurriera o si el gobierno repetidamente frustra sus esfuerzos legislativos».
La firma no se muestra optimista con respecto a los indicadores de la economía venezolana para el próximo año y lo que se podría desencadenar a partir de la crisis. Explica que ante la ausencia de un ajuste del gobierno «la recesión económica, la alta inflación, las distorsiones del tipo de cambio y los desbalances fiscales y externos probablemente persistirán y empeorarán, aumentando el riesgo de protestas sociales».
Credit Suisse ha afirmado que una cesación de pago no contribuiría a mejorar la situación, sino más bien empeorarían las condiciones políticas y económicas de Venezuela.