La reforma financiera del Gobierno tiene, entre uno de sus objetivos principales, lograr una reducción en los precios de la vivienda en España, que se han visto disparados desde el estallido de la burbuja inmobiliaria. El Ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, ha dado un adelanto de como funcionará la reforma, que se someterá a aprobación este Viernes en el Consejo de Ministros.
Entre lo más destacable se encuentra el requerimiento para que las entidades aumenten sus provisiones en cerca de 50.000 millones de euros, dinero que les permitirá cubrir riesgos y que deberá salir de las propias ganancias de los bancos. Las entidades también estarán obligadas a cubrir, también con su propio dinero, el 80% de todos sus activos inmobiliarios. Para que no se produzca un desbalance en las cuentas de los bancos, podrán proveer sólo un 35% para las viviendas ya terminadas, un 65% para las promociones sin terminar y un 80% para los solares.
La Asociación de Promotores Inmboliarios de Madrid, explicó que con esto las entidades finalmente se podrían decidir por vender todos los inmuebles que tienen bajo su propiedad, que son cerca de 700.000. Esto aumentará la oferta de manera considerable y los mercados tendrán que ajustarse a las nuevas condiciones, por lo que el precio de las viviendas descenderá. Así mismo, explicaron que la rebaja en los precios hará que la financiación se vuelva más accesible, aunque aclararon que esta mejoría no se verá de manera inmediata.
Durante el anuncio, aunque Luis de Guindos recalcó varias veces que no se utilizarían fondos públicos, las entidades que necesiten dinero para poder cumplir los nuevos requerimientos podrán al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria, que tendrá 15.000 millones de euros. Hay que destacar que este fondo no afectará al déficit sino a la deuda pública, y no debería suponer una opción para las grandes entidades, sino solamente para las pequeñas y medianas.
