Diversos bancos españoles están preocupados por la falta de definición sobre el banco malo en los distintos borradores del Real Decreto conocidos hasta ahora y que, temen, se mantendrán en el texto definitivo que saldrá a la luz este viernes.
En el sector apuestan por que, finalmente, el ministro de Economía, Luis de Guindos, sólo incluirá en el próximo BOE las líneas maestras del banco malo, reservando la concreción del mismo a una directiva ministerial que llegaría no antes de octubre.
De lo que ha trascendido hasta ahora, algunas fuentes bancarias destacan como positivo que Economía dote al banco malo de la capacidad de crear fondos de inversión mobiliaria o inmobiliaria, de capital riesgo o de titulización. “Puede ser positivo que busque vender los activos mediante paquetes, y no de forma individual, porque va a ser más sencillo”, razona un experto. Al mismo tiempo, empaquetar los inmuebles puede generar más dificultades a la hora de determinar el descuento para la venta a terceros.
También queda por definir la forma en la que el banco malo pagará los activos que le traspasen los bancos. Al parecer, el pago podrá realizarse tanto en efectivo, como en participaciones en el propio banco malo. Este segundo supuesto permitiría a los bancos obtener plusvalías en el futuro, si el banco malo consigue liquidar los activos a un precio superior al que compró. Pero puede ser perjudicial para las entidades más débiles, que necesitan el dinero en el corto plazo.
Además, como opina Javier Montoya, analista de Alpha Plus, “la probabilidad de venta a mejores precios es poco probable y más teniendo en cuenta que, como ha ocurrido en EE.UU. el mercado puede tardar más de seis años en estabilizarse antes de iniciar una recuperación que permita la generación de plusvalías”.