Tras la venta de un 10% de Gas Natural Fenosa a GIP, Repsol ha logrado superar el objetivo marcado hasta 2017 de desinversiones. Gracias a este, la compañía ha logrado acumular 4.700 millones de euros en ventas de activos.
Este es parte del resultado de su plan estratégico, con un objetivo de desinversión total de 6.200 millones de euros a lo largo de un periodo comprendido entre 2016 y 2020. A lo largo de este periodo, 3.100 millones corresponden a los ejercicios 2016 y 2017, y los 3.100 millones restante a 2018, 2019 y 2020.
Hasta el anuncio ayer de la transacción con GIP, en la que la participación vendida por Repsol alcanza un valor de 1.901 millones y procura unas plusvalías de 246 millones, la desinversiones acometidas por la petrolera ascendían a 2.800 millones.
Entre los activos de los que se ha desprendido la compañía dirigida por Josu Jon Imaz figuran las redes de gasoductos en España, un parque de eólica marina en Reino Unido por 238 millones y los negocios de gas licuado del petróleo (GLP) en Perú y Ecuador por 300 millones.
Repsol también formalizó a finales del año pasado la venta de un 10% de la Compañía Logística de Hidrocarburos (CLH) por 325 millones de euros, en una operación que le proporcionó una plusvalía de 300 millones de euros.
Tras la adquisición de Talisman, con la que Repsol logró un importante aumento en la producción y la calidad y cantidad de sus activos, la compañía inició un programa de optimización de su cartera de negocios, incluyendo la venta selectiva de activos no estratégicos.