El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, afirmó el pasado miércoles día 20 que en el mes de abril se revisarán las previsiones macroeconómicas para España, tal y como ya han hecho el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Comisión Europea (CE), ya que en ese mes se presentará el Programa de Estabilidad en Bruselas.
Durante la sesión de control al Gobierno en el Pleno del Congreso, el presidente fue preguntado por el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, sobre si se mantienen las previsiones para este ejercicio, a la luz de las revisiones a la baja que han realizado diferentes organismos internacionales.
«Las previsiones de 2013 están en el cuadro macroeconómico que acompaña a los Presupuestos Generales del Estado (PGE). Ahora, en el próximo mes de abril, debemos presentar el Programa de Estabilidad. Estamos estudiando todas las informaciones disponibles, hablando con la CE y, si es necesario, procederemos a la rectificación, a un cambio en las previsiones, como han hecho el FMI y la CE», dijo el presidente del Gobierno.
Rajoy recordó al líder de la oposición que «las previsiones no son manifestaciones de buenos deseos ni quinielas o apuestas» sino que «son objetivos de política económica que deben adecuarse a la realidad del país y del conjunto de países del entorno y del mundo».
«Los organismos internacionales han cambiado en numerosas ocasiones sus previsiones porque hay factores que pueden obligar a ello: la situación de los socios comerciales, la financiación de la economía, lo que ocurra con el procedimiento de déficit excesivo… nos puede obligar a cambiar las previsiones y, de hecho, creo que vamos a cambiarlas», apostilló.
Sin embargo, según señaló el presidente, las previsiones macroeconómicas «son importantes pero más lo son las medidas de política económica para crecer y crear empleo» que, en el caso del Gobierno español, pasan por tres ejes fundamentales: la contención del déficit, la reestructuración del sistema financiero y las reformas estructurales.
«Y las vamos a mantener», reiteró una vez más, asegurando que en paralelo a esas prioridades el Gobierno se centrará también en las políticas de crecimiento, con los objetivos específicos para este ejercicio de «mejorar la financiación de las empresas, que nos es fácil», y de que «en Europa se tomen decisiones que ayuden a todos, que tampoco es fácil».
«Estamos poniendo las bases para la recuperación de la economía, y la última parte de este año será mejor», pronosticó Rajoy, recordando además que la ejecución de las cuentas de 2012 avalan su actuación porque «se han cumplido sustancialmente las previsiones» de déficit, paro o PIB.
Sin embargo, Rubalcaba reprochó al presidente que sus previsiones, aunque se revisen a la baja, «se distancian cada vez más» de las que hacen otras instituciones internacionales como el FMI, y criticó que esas estimaciones coinciden con «la perseverancia del Gobierno en una política que no cambia» y que provocará que la legislatura concluya «peor en materia de empleo de lo que empezó».
«Usted ha tirado la toalla, está resignado en materia de desempleo, y admite que acabaremos la legislatura con datos peores que cuando empezó. Haga un esfuerzo y cambie su política económica, su política laboral, cambie su política de crecimiento, porque si no la legislatura será un desastre», volvió a exigir el líder socialista.
Asimismo, Rubalcaba criticó que los jefes de Estado y de Gobierno de la UE, que se reunieron la semana pasada en un Consejo Europeo, se «olvidaron de hablar de crecimiento» precisamente «cuando Europa está en recesión».
Por otra parte, reprochó a Rajoy que no sacara el tema a colación, más allá de «en los pasillos». «Dentro (de las reuniones) es usted menos elocuente, pero quizás habría que hacerlo al revés: más contundencia dentro y más diplomacia fuera», le reclamó.
Por último, Pérez Rubalcaba lamentó que el Gobierno aprobara la reforma de la jubilación parcial y anticipada, y las medidas de alargamiento de la vida laboral, en el Consejo de Ministros del viernes 15 de marzo. En opinión del líder socialista, esa reforma implica un «recorte de derechos a los futuros pensionistas» adoptado además «sin acuerdo y mediante decreto ley».