Un estudio de la Fundación de Estudios Financieros (FEF) y Fidelity indica que el saneamiento de la posición financiera de las familias se incrementa después de los 35 años, y más a partir de los 50 años.
Antes de esas edades no se aprecia una preocupación por ahorrar más para afrontar una jubilación más larga, pues se confía en la propia capacidad para generar rentas más elevadas y mayor ahorro en el futuro.
A medida que se incrementa la edad media de la población, aumenta también la preferencia por los activos de menor riesgo. En el caso de España, se invierte más en productos de liquidez, fondos de inversión y seguros de vida y ahorro, mientras que la renta variable, aunque también se incrementa, lo hace en menor medida.
La inversión en vivienda se mantiene estable, en el entorno del 50%, mientras que el coeficiente de liquidez supera el 1% del total del patrimonio en la primera parte de la jubilación y en los años inmediatamente anteriores a su retiro del mercado laboral.
El informe de la FEF detalla que la longevidad tiende a desplazar el gasto desde el ocio a la inversiones a largo plazo y el gasto sanitario va en aumento cuando la población envejece.
De acuerdo con el estudio, que compara el consumo y el ahorro de España, Alemania, Reino Unido, China-Hong Kong y Japón, en España más del 60% de las familias gasta recurrentemente más del 60% de los ingresos, lo que les obliga a recurrir al endeudamiento de forma continua, especialmente para financiar la compra de vivienda. Esto explica que las familias españolas tengan necesidades de liquidez superiores respecto a las alemanas o británicas.