Los bancos de EE.UU. están retirando decenas de millones de tarjetas de crédito y débito con cintas magnéticas para cambiarlas por nuevas tarjetas equipadas con un chip, para proporcionar mayor seguridad a la información, y evitar seguir pagando miles de millones de dólares cada año para compensar a consumidores que sufrieron fraudes.
La vieja tecnología de cintas magnéticas está en desuso en casi todo el mundo, pero persiste en tarjetas de crédito en Estados Unidos, y es fácilmente copiada por ladrones.
Un informe de Barclays indica que casi la mitad de todos los fraudes que se realizan con tarjetas de crédito ocurren en Estados Unidos, a pesar de que solamente representa el 25% de todas las transacciones realizadas.
Casi la mitad de todas las tarjetas de crédito y débito en Estados Unidos serán cambiadas al finalizar este año. Decenas de miles de comercios tienen que actualizar sus equipos para que las transacciones con chips puedan llevarse a cabo, en caso de que las tiendas no estén preparadas para este cambio podrían ser las responsables legalmente de cubrir el costo de los fraudes.
La diferencia más importante entre la tarjeta actual y la nueva es el chip de metal que se encuentra en el frente, lo que hace que los datos del cliente tengan mucha mayor seguridad. Este chip establece un código único a cada transacción efectuada en la tarjeta. Las tarjetas con este nuevo mecanismo de seguridad son más difíciles de duplicar, aunque no es imposible hacerlo.
Actualmente, la mayoría de las tarjetas ya han sido cambiadas por tarjetas con chip. Bank of America empezó la entrega a finales del año pasado, mientras que Chase y Citi están empezando a mediados del presente año.
Este cambio es promovido tanto por los bancos como por las compañías encargadas del procesamiento de pagos (Visa, MasterCard y American Express). Las entidades bancarias han sido las más interesadas en obtener una forma más segura para realizar pagos, porque usualmente la responsabilidad en cuanto al rembolso por fraude recae en ellos.