El nivel medio de impago soportado por las empresas españolas aumentó un 21% en 2012 respecto al año anterior, según el ‘Índice de Incumplimiento’ elaborado por Crédito y Caución.
Este índice confirma el crecimiento «encadenado» de la morosidad empresarial desde hace un año y medio, «aunque ha quedado ligeramente por debajo de los valores alcanzados en los trimestres precedentes».
La evolución de dicho índice refleja el impacto de la crisis económica en los niveles de impago en la empresa española. El indicador alcanzó su punto máximo en el último trimestre de 2008.
«La adecuación de las estructuras empresariales a la nueva realidad económica y la introducción progresiva de los sistemas de selección de riesgo-cliente en las empresas estabilizaron el impacto de la morosidad», resalta la firma de seguro de crédito, que añade que esto permitió estabilizar el impacto de la morosidad provocando una caída de los niveles medios de impago en la segunda mitad de 2009 hasta el ecuador de 2011.
No obstante, Crédito y Caución señala que el último año y medio vino marcado por un nuevo repunte de los impagos, «motivado principalmente por la prolongación de la crisis, la caída del mercado interno y las dificultades para financiar la actividad empresarial», aunque precisa que se trata de una evolución «mucho más moderada» que la registrada hace cuatro años.
De esta forma, la compañía prevé que este empeoramiento de la morosidad se prolongue, «al menos», durante la primera mitad de 2013, «afectando a todos los sectores comerciales». En este sentido, resalta que el impactó será superior en aquellos sectores que tienen un fuerte dependencia del consumo interno, como la venta minorista o el comercio.
En su opinión, la evolución futura del indicador se verá presionada por la debilidad del crecimiento económico, la depresión de la demanda interna «motivada por el alto nivel de desempleo y la presión sobre los salarios», la «fragilidad» del sector bancario y las medidas de austeridad.
Por otra parte, Crédito y Caución cree que la «buena marcha» de las exportaciones continuará este año, «aunque no serán ajenas al posible debilitamiento de la demanda global». Además, como resultado del proceso de reestructuración bancaria, prevé que el sector financiero se recupere «gradualmente» y que el préstamo bancario vuelva a fluir para apoyar a la economía real.