Agustín Carstens, director del Banco de México, estima que la debilidad del precio del petróleo será «cuestión de años, no de meses», y recomendó al país ajustarse a un menor nivel de ingresos por un lapso prolongado.
En México «nos habíamos acostumbrado a gastar con ingresos provenientes de un precio del petróleo de entre 80 y 100 dólares por barril», reconoció Carstens durante una reunión con legisladores del conservador Partido Acción Nacional (PAN). «Esos ingresos ya no los tenemos, sobre todo cuando parece que esa caída es bastante durable y digamos va a ser cuestión de años, no de meses», añadió.
Por su parte, el directivo de Banco de México afirmó que la forma de mantener el ritmo de gasto que ha tenido el país en los últimos años es endeudándose, pero aclaró que esa alternativa implicaría un aumento de impuestos. «El tema es que nos tenemos que ajustar a un nivel de ingreso menor», afirmó al tiempo que reconoció el recorte del gasto público que anunció la semana pasada el Gobierno mexicano de 124.300 millones de pesos (unos 7.555 millones de euros).
Esto, afirmó Carstens, suavizara el impacto para 2016, «sobre todo porque es previsible que dure durante un tiempo prolongado esta situación de precios del petróleo débil».
Carstens explicó a los legisladores que los precios de las materias primas, y en particular del petróleo, han disminuido por la debilidad en la demanda global, por factores de oferta y por la apreciación del dólar.
En el caso de México, recordó, se ha observado una relación entre la caída en el precio del petróleo y la depreciación del peso.
México es el décimo productor mundial de petróleo. El país depende en gran medida de los ingresos que genera la venta de hidrocarburos y por ello la caída del petróleo está empezando a impactar en su economía.