La economía alemana creció de media un 3,1 % anual entre 1950 y 2022, aunque este crecimiento se ralentizó notablemente en las últimas décadas, con un aumento del producto interior bruto (PIB) entre 2000 y 2020 del 1,0 % por año.
Por contra, en los años 50 y 60 del siglo pasado, el PIB había crecido de forma mucho más dinámica, con una media del 6,4 % por año entre 1950 y 1970, según comunica hoy la Oficina Federal de Estadística (Destatis) en el inicio de una serie de publicaciones basadas en series cronológicas históricas con motivo de su 75 aniversario.
El hecho de que la economía alemana haya crecido de forma considerablemente más moderada en el siglo XXI que en los 50 años anteriores al cambio de milenio se debe también, además de al fenómeno general de la disminución del crecimiento en las economías desarrolladas, a las dos recesiones más graves de la economía alemana desde la posguerra.
La primera se refiere a la que siguió a la crisis financiera global, con una caída del PIB del 5,7 % en 2009, y la segunda, a la de la pandemia del coronavirus, con una contracción del 3,7 % en 2020.
Recientemente, la economía ha logrado recuperarse, con un crecimiento del PIB en 2021 del 2,6 % a pesar de no haberse superado entonces todavía la pandemia, y del 1,8 % en 2022, a pesar de la guerra en Ucrania y la crisis energética, con lo que además se volvió a alcanzar y se superó en un 0,6 % el nivel de 2019, previo al coronavirus.
En los casi 75 años desde la fundación de la República Federal de Alemania en 1949 ha habido un total de siete fases de recesión.
La tercera también se registró en los últimos veinte años, tras el estallido de la llamada burbuja de internet y por los efectos de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, con una contracción de la economía alemana del 0,2 % en 2002 y el 0,7% en 2003.
Los mayores crecimientos de la economía, por contra, se registraron en los veinte años posteriores al final de la guerra.
Tras la fase de auge ininterrumpido más larga desde 1950, con tasas de crecimiento de hasta el 12,1% en 1955, el «milagro económico» alemán terminó en 1967 con la primera recesión en Alemania, debido al descenso de la demanda interna como consecuencia de decisiones de política monetaria.
Las siguientes fases de crecimiento hasta la reunificación de Alemania sólo se vieron interrumpidas por las recesiones de 1975 y 1982, desencadenadas por las dos crisis del petróleo.
Tras la caída del muro de Berlín, Alemania experimentó su primera recesión como país reunificado en 1993, como consecuencia de la segunda Guerra del Golfo que afectó a la economía a nivel global.
Así, las fases de elevada inflación en 1973/1974, 1981 y 1992, asociadas a las crisis mundiales del petróleo, precedieron a una recesión al año siguiente