El consejero de Deutsche Bank, Josef Ackermann, se reunió el pasado martes con empresarios de la localidad alemana de Hamburgo. En pleno congreso, un grupo de 15 “indignados” interrumpieron el encuentro cuando el directivo germano se disponía a comenzar su discurso ante los miembros del Ehrbarer Kaufmann, una asociación empresarial local.
Bajo máscaras de Anonymous, los “indignados” expresaron públicamente su descontento con la coyuntura económica en general y con la actitud de Ackermann en particular. El consejero de la entidad alemana fue acusado de ser un “hombre sin escrúpulos” y también “un cínico al intentar dar lecciones morales de la responsabilidad”:
A pesar del impactó que produjo la interrupción de los activistas entre los asistentes al encuentro, el delegado de Deutsche Bank se mostró impasible y solicitó a los manifestantes que se quitaran la máscara para poder establecer con ellos un diálogo.
Ackermann, que tras varias interrupciones reanudo su discurso, se mostró satisfecho con su comparecencia y afirmó sentirse bien tras vivir una experiencia así. «Siempre recibes clases para aprender a enfrentarte a situaciones como esta. Tengo 64 años y nunca había tenido la oportunidad de ponerlas en práctica. Estoy feliz de poder haberlo hecho», afirmó.