La agencia de calificación canadiense DBRS ha destacado que los principales bancos españoles «demuestran un buen progreso en el mantenimiento de la rentabilidad», y ello, en medio de un entorno de bajos tipos de interés, aumento de la regulación e incierto entorno operativo.
Esta es una de las principales conclusiones que se extraen de un informe que ha sido elaborado por la agencia, teniendo en cuenta los resultados del primer semestre del año de los principales bancos españoles.
La calificación otorgada por la agencia a estos bancos tiene una tendencia estable, excepto la de Bankinter, que es positiva.
En su informe, la agencia, que hace un estudio de todas estas entidades en su conjunto, recuerda que entre todos los bancos, el beneficio se redujo un 5% en el primer semestre del año, afectado, fundamentalmente, por las inversiones llevadas a cabo, así como algunos gastos operativos extraordinarios generados por las adquisiciones realizadas.
De la misma manera, los resultados de estas entidades se vieron arrastrados por unas menores ganancias según explica el informe, que recuerda que de estos bancos, seis registraron caídas interanuales en el beneficio atribuido en España.
«Un solo banco, Bankinter, registró una aumento significativo en el beneficio atribuido» gracias, en gran parte, al valor de las inversiones generado tras comprar Barclays Portugal.
La agencia DBRS también ha precisado que los beneficios del grupo de entidades se han visto impulsados en el periodo por la reducción de costes y los menores activos morosos, que espera se mantenga en los próximos trimestres.
No obstante, ha alertado de que la baja tasa de los tipos de interés continuará presionando la capacidad del estas entidades para fortalecer aún más su generación de ingresos. Y ello, aunque los bancos están aumentando la cantidad de nuevos préstamos, centrándose en las pymes y en los créditos al consumo, algo que la agencia ve como «insuficiente» para compensar la amortización del crédito en curso y los menores ingresos.
De cara al futuro, DBRS espera que la presión sobre los ingresos continúe dada la baja tasa de los tipos de interés, por lo que ha considerado la rentabilidad como un factor clave para la mayoría de los bancos, que en su opinión, no se verán afectados por el cambio normativo sobre el cálculo de las provisiones.