Banco do Brasil y Caixa Económica Federal, los representantes de la banca pública brasileña, han iniciado un proceso de desmantelamiento que incluye cierre de oficinas y reducción de personal.
El economista José Grasso, director de Softline Consultores, ha estimado que 5 millones de clientes venezolanos de la banca privada podrían estar considerando pasarse a la banca pública.