Moody’s ha señalado que la economía de México debe crecer un mínimo de 4% para aspirar a un incremento en su calificación soberana en los próximos años.
Mauro Leos, Vicepresidente y Jefe de Créditos de Moody’s para América Latina, asegura que los beneficios de la reforma energética se van a presentar progresivamente, por lo que descartó elevar la nota de México en los próximos dos o tres años.
Para el especialista, hay una serie de elementos que podrían generar una tendencia a la baja en la calificación mexicana, entre los que destacó un periodo largo de crecimiento económico inferior a su potencial, así como un posible deterioro en su disciplina fiscal.
Entre las principales limitaciones que afectan una mejora en la calificación soberana de México destacan la baja proporción de los ingresos públicos en el Producto Interno Bruto (PIB), la alta dependencia relativa de las finanzas públicas a los ingresos relacionados con el petróleo, así como la estrecha correlación del país con el ciclo económico de Estados Unidos.
Sin embargo, Mauro Leos afirma que existen factores adicionales que podrían conducir a un aumento en la nota crediticia de México, tales como la acumulación de reservas internacionales por parte del Gobierno y una tendencia a la baja en los indicadores de deuda gubernamental.
Moody’s considera que las recientes reformas estructurales deben estimular un crecimiento anual en México entre 3,5 y 4,5 por ciento, en lugar de las perspectivas previas que se encontraban entre 2,5 y 3,5 por ciento.
La agencia calificadora espera “que los cambios fundamentales en el marco jurídico y normativo por la aprobación de un programa completo de reformas, aumente la inversión y a su vez el crecimiento potencial del PIB”.
“Después de más de 20 años de muy poco progreso en cuanto a reformas, esperamos que los significativos cambios estructurales ya realizados, así como los planeados, mejorarán la capacidad de la economía mexicana para elevar su crecimiento anual de menos de 3 por ciento durante los últimos 10 a 15 años, a entre 3,5 y 4,5 por ciento sobre una base sustancial. La materialización de las estimaciones del gobierno de 5 por ciento en 2016, sería favorable para el crédito”, afirma Moody’s.