El gobernador del Banco de Japón, Haruhiko Kuroda, ha señalado que la economía nipona mantiene un buen impulso para lograr el objetivo de inflación, fijado por el banco central en un 2%, aunque ha destacado que los riesgos están predispuestos a la baja como consecuencia de la incertidumbre que existe sobre la economía global.
Kuroda ha indicado que mantiene su visión optimista en cuanto a la economía japonesa, y ha asegurado que es probable que crezca a un ritmo moderado, gracias al rebote de las exportaciones y la producción, lo que reflejaría una mejora de la demanda en el extranjero.
A pesar de esta visión optimista, el gobernador del Banco de Japón ha reconocido que el consumo privado se mantiene ligeramente débil, lo que ocasiona que algunas empresas mantengan sus dudas en cuanto a la posibilidad de incrementar los precios de sus productos y servicios.
Kuroda ha comentado a los líderes empresariales que “el BOJ continuará su poderosa flexibilización monetaria, y hará los ajustes de política según sea necesario, teniendo en cuenta la evolución económica, de precios y financiera, para mantener el impulso hacia alcanzar una inflación de un 2%”.
En el mes de septiembre, el Banco de Japón modificó su objetivo de política monetaria en las tasas de interés desde el ritmo de emisión de dinero, después de años caracterizados por fuertes compras de activos que no pudieron sacar a la economía del estancamiento.
De igual forma, el Banco de Japón postergó en octubre el plazo en el que tenía previsto lograr su meta de inflación, en un contexto marcado por la fragilidad del consumo y la disminución en los costos de importación, que tienen un peso importante en el fortalecimiento de los precios.