El Banco Central de Colombia podría elevar los tipos de interés en septiembre, después de que esta semana la deuda pública interna se desvalorizara con un repunte de la inflación.
Los precios al consumidor de Colombia aumentaron en agosto un 0,48%, por encima del 0,19% que esperaba el mercado. El indicador acumulado de los últimos 12 meses se ubicó en un 4,74%, más lejos de la meta del banco emisor, de entre 2% y 4%.
El contrato de swap del Indicador Bancario de Referencia (IBR) a tres meses repuntaba 6 puntos básicos a un 4,78% efectivo anual, frente al 4,72% del pasado viernes. El IBR es una tasa de interés de referencia de corto plazo en pesos colombianos, que refleja el precio al que los bancos están dispuestos a ofrecer o a captar recursos en el mercado.
Por otro lado, los títulos TES con vencimiento en julio del año 2024 se desvalorizaron hasta un rendimiento de 8,04%.
Algunos expertos señalan que la cifra de inflación podría llevar a que la autoridad monetaria de Colombia incremente su tasa de interés en 25 puntos base desde el 4,5% actual, nivel que mantiene desde hace un año con el objetivo de mantener un estímulo sobre la economía.
Camilo Pérez, Ggerente de estudios económicos del Banco de Bogotá, ha explicado que “este dato lo que hace es desequilibrar la balanza y muestra que los riesgos de inflación parecerían ser en este momento mayores que los de crecimiento económico. Creemos ahora que es más probable que aumenten la tasa de interés”.
Sin embargo, otros analistas han señalado que los movimientos del banco van a depender del resultado de crecimiento de la economía en el segundo trimestre, que se dará conocer este jueves.
Juan David Ballén, analista de la correduría Casa de Bolsa, ha señalado que “el mercado va a seguir descontando posibles aumentos de la tasa, pero es bien difícil que las suban en las siguientes reuniones, debido a los temores de que el PIB siga debilitándose”.
Las minutas de la reunión de agosto del Banco Central de Colombia demuestran que sus miembros siguen divididos en relación a mantener el tipo de interés estable para apoyar la economía, o subirla para anclar las expectativas de inflación.