Reino Unido podría vender la mitad de su participación en Royal Bank of Scotland, valorada en 16.000 millones de libras (22.609 millones de euros), en un plazo de dos años, con una posible primera desinversión en septiembre.
El Ministro de Finanzas, George Osborne, dijo el pasado mes de junio que tenía intenciones de empezar a reducir la participación del Gobierno británico en RBS, valorada en su totalidad por 32.000 millones de libras (45.218 millones de euros).
Este plan indica que las acciones se van a vender a un ritmo superior al previsto y, quizás, con minusvalías importantes para el Estado británico en las primeras operaciones de venta.
Fuentes cercanas al Gobierno británico han señalado que hasta el momento no se ha tomado la decisión final del proceso de venta y su progreso va a depender del rendimiento de RBS, de las investigaciones en curso sobre la mala praxis del pasado y de las condiciones del mercado.
Durante la crisis financiera de los años 2007-2009, Reino Unido invirtió unos 45.800 millones de libras (64.622 millones de euros) en el rescate de RBS.
El Presidente de la entidad bancaria, Philip Hampton, prevé que al Gobierno le llevará varios años completar la venta.
A pesar de que el Ministro de Finanzas George Osborne se había mostrado reacio a vender las acciones de RBS a pérdida, la mejora en la evolución del banco le ha convencido de que ha llegado el momento de vender. Además, la victoria del partido conservador en las elecciones generales celebradas en mayo le ha dado un mayor margen político de maniobra para vender.