Un miembro del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) ha indicado que los reguladores europeos necesitan una herramienta más amplia y deberían realizar test de estrés ante posibles riesgos sistémicos del sector bancario en la sombra.
Una prueba de resistencia bancaria, o test de estrés, representa una técnica de simulación cuyo objetivo es determinar la capacidad de estabilidad de una entidad o del sistema bancario. Para ello, se someten tanto las carteras de activos como de pasivos de las entidades financieras a diferentes situaciones para conocer sus posibles reacciones.
Vitor Constancio, miembro del Consejo de Gobierno del BCE, ha señalado que las instituciones financieras no bancarias de Europa tales como aseguradoras, fondos de pensiones y fondos de inversión en mercados de acciones están cada vez más relacionados al sector financiero.
En este sentido, Constancio ha comentado que “cuanto más efectivos son los reguladores usando herramientas macroprudentes para contener un crecimiento excesivo del crédito, más probable es que se produzcan ajustes excesivos en el sector no bancario a través de filtraciones”.
Por otro lado, ha insistido en que los reguladores europeos necesitan un mayor rango de herramientas con el objetivo de contener el apalancamiento excesivo y el crecimiento del crédito.
Vitor Constancio ha agregado que “deberíamos desarrollar test de estrés guiados diseñados por los propios reguladores, que puedan arrojar luz sobre las verdaderas capacidades de absorber pérdidas de instituciones no bancarias”.
A su parecer, los test de estrés deben comenzar a incorporar posiciones en derivados y la exposición de la banca en la sombra a acciones líquidas. Esto ayudaría a tener un panorama completo de la resistencia del sistema financiero en su conjunto.