España ocupa la sexta posición entre los países de la Unión Europea (UE) en donde los impuestos medioambientales tienen menos peso, debido a que solamente contribuyen con un 5,5% al conjunto de los ingresos procedentes de tasas, lo que equivale a 19.251 millones de euros, por debajo de la media del 6,3%.
Sólo en Francia y Bélgica (4,5% en ambos casos), Suecia, Luxemburgo y Alemania (5,2%), tienen menor peso en sus impuestos medioambientales que en España, de acuerdo a datos ofrecidos por la Eurostat.
Mientras tanto, en Eslovenia (10,6%), Croacia (10,5%) y Grecia (10,2%), tienen mayor peso los impuestos medioambientales, seguidos por Bulgaria (9,8%), Letonia (9,3%), Chipre y Países Bajos (9% en ambos casos).
En toda la UE, los impuestos medioambientales sumaron 343.600 millones de euros en 2014, el 6,3% de los ingresos por impuestos y contribuciones sociales, lo que representa una disminución del 0,5% en comparación con una década atrás, cuando totalizaron unos 282.005 millones de euros. En España, también disminuyó dos décimas en comparación con los 16.857 millones de euros obtenidos en el 2004.
Los datos señalan que durante la última década los ingresos que provienen de impuestos medioambientales han aumentado en la mayoría de los países, aunque la cuota de los impuestos en el global de ingresos ha disminuido en casi todos para este periodo, en gran medida en el caso de Chipre (3,3%), Portugal y Lituania (3,2% en ambos casos) y Luxemburgo (3%).
El peso de los impuestos ambientales sólo ha aumentado entre 2004 y 2014 en seis países: Grecia, un 3,3%; Eslovenia, con 1,9%; Estonia, en 1,6%; Italia, con 1%; Letonia, 0,3%; y Bulgaria, 0,1%.
En cuanto a los sectores, los impuestos energéticos acumularon el 76,5% de los ingresos en el año 2014 para toda la UE, mientras que los impuestos relacionados con el sector de transportes aportaron un 19,9% y en cuanto a los impuestos por la contaminación directa apenas el 3,5%.
Específicamente en España, los impuestos energéticos contribuyeron el 83,6%, el 12,9% para el sector de transportes y un 3,5% los impuestos relacionados con la contaminación.