BBVA ha lanzado deuda perpetua ‘Aditional Tier 1’, unos títulos que ofrecen la posibilidad de convertirse en capital del banco, en medio del resurgir de las emisiones de deuda corporativa en España. La entidad presidida por Francisco González ha precisado que el importe adjudicado asciende a 1.000 millones de euros.
La operación ha contado con un amplio respaldo del mercado. Las peticiones han triplicado la oferta, al superar los 3.000 millones, según la agencia.
El cupón establecido para estos bonos se ha situado en el 8,875%, por debajo del 9% barajado inicialmente.
BBVA ha seleccionado como entidades coordinadoras a Bank of America-Merrill Lynch y Goldman Sachs para llevar a cabo la operación.
Además, la propia BBVA, Credit Suisse, HSBC, JPMorgan y Société Générale actúan como entidades colocadoras.
Esta se trata de la cuarta emisión perpetua de bonos contingentes convertibles («cocos» en el argot financiero), con la que espera captar 1.000 millones de euros.
Las agencias de medición de riesgos Moody’s y Fitch le otorgarán previsiblemente una calificación de Ba2 y BB, respectivamente, en ambos casos «bono basura» por la singularidad del producto, reservado únicamente para grandes inversores.
BBVA fue la primera entidad europea en salir al mercado con una emisión de «cocos» en abril de 2013, cuando emitió 1.500 millones de dólares (1.300 millones de euros), con un cupón del 9 %, y posteriormente ha llevado a cabo dos operaciones más, en febrero de 2014 y de 2015, ambas por importe de 1.500 millones de euros.
Por otra parte, BBVA ha indicado en su informe 20-F remitido a la Comisión de Mercados de Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés) los potenciales riesgos asociados con el contexto global, como el débil crecimiento económico mundial, la presión en los márgenes del negocio bancario por el entorno de tipos de interés bajos o el impacto de los menores precios del petróleo.