Uno de los criterios más empleados es el que establece la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Este no define exactamente qué es clase baja, media y alta, sino que observa los ingresos de cada país y, conforme a ellos, realiza un cálculo para ver en qué segmento encaja cada salario.
Para la OCDE, la clase baja es aquella cuyos ingresos se encuentran por debajo del 75% de la mediana de la renta nacional; la clase media, la que se encuentra comprendida entre el 75% y el 200% de la mediana, mientras que la clase alta es aquella que excede el 200% de la mediana.
Tres cuartos o el doble de 15.000 euros
Según su último cálculo, elaborado en 2019, la media en aquel entonces se situaba en 15.193 euros al año. Al aplicar sus fórmulas, se obtiene que las rentas por debajo de los 11.395 euros anuales se enmarcarían en la clase baja; entre esa cifra y 30.386 euros se situaría la clase media, mientras que por encima de los treinta mil euros se encontraría la clase alta.
Si se rebaja al ámbito mensual, la renta media era de 1.790 euros al mes. En consecuencia, las rentas por debajo de los 1.343 euros mensuales se enmarcarían en la clase baja; entre esa cifra y 3.581 euros al mes se situaría la clase media, mientras que por encima de los 3.581 euros se encontraría la clase alta.
Estas cifras variaban en función del número de personas que vivan en el hogar, incrementando la media (y las horquillas) a medida que aumentaba el número de habitantes.