A finales del mes de julio, Abengoa cambiará su sede corporativa situada en Madrid. Tras tres años en el Paseo de la Castellana 43, el grupo andaluz se mudará a un edificio propiedad de Metrovacesa en la calle Manuel Pombo, en el barrio de Sanchinarro, como medida dentro de la política de recortes acometida por la firma andaluza en los últimos meses.
Con el traslado, Abengoa rebajará en alrededor del 80% los costes por el alquiler de su sede en Madrid. Así, dos meses de renta en el Edificio Castellana 43 equivalen a la de un año completo en sus nuevas oficinas en la capital, que acogerán a cerca de 170 trabajadores. La salida voluntaria de empleados y los despidos han adelgazado a prácticamente la mitad la plantilla de Abengoa en Madrid, por lo que ya no necesita un inmueble de las dimensiones del de Paseo de la Castellana.
Las dificultades económicas de Abengoa, que trata en estos momentos de salir del preconcurso de acreedores, habían provocado varios meses de retraso en el pago del alquiler, lo que creó una disputa legal con Colonial. La ingeniería sevillana tendrá que pagar estos atrasos a la inmobiliaria, que coloca así en el mercado uno de sus activos más valiosos.
La nueva sede en Madrid de Abengoa, denominado Edificio Encinar, consta de cuatro alturas y dos subplantas con una superficie de 3.623 metros cuadrados y 107 plazas de aparcamiento.
El Edificio Castellana 43, por su parte, está situado en el corazón de la zona financiera de Madrid. Cuenta con nueve plantas, una superficie total de 8.462 metros cuadrados sobre rasante y 69 plazas de coche y 12 de moto. Colonial ya está en negociaciones avanzadas con una firma para sustituir a Abengoa.
El inmueble cuenta con la máxima certificación medioambiental, Leed Gold. Esta condición la consiguió tras la reforma que promovió Abengoa cuando alquiló el inmueble y que fue diseñada por el estudio de arquitectura Richard Rogers, el mismo que se encargó de Palmas Altas, la actual sede Abengoa en Sevilla. Antes de la llegada del grupo a Castellana 43, el edificio era la sede de la firma de servicios profesionales Pricewaterhouse Coopers (PwC), que se trasladó a la hasta entonces denominada Torre Sacyr Vallehermoso (hoy Torre PwC).
Esto se suma a las acciones acometidas por la firma andaluza con el fin de reducir los costes ordinarios como suprimir o rebajar la estructura de sus filiales, recortes en la plantilla y en gastos como viajes y teléfono y el abandono de proyectos y la venta de activos.