Jerome Powell, el presidente de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, ha pedido más estímulo fiscal ante el Congreso del país norteamericano.
Powell ha comentado en una comparecencia virtual ante el comité bancario del Senado que “es conveniente recordar que las medidas tomadas para contener el virus representan una inversión en nuestra salud individual y colectiva. Como sociedad, deberíamos hacer todo lo posible para dar un respiro a aquellos que están sufriendo por el bien público”.
Desde el punto de vista monetario, Powell ha asegurado que la Fed “está comprometida a usar todas las herramientas disponibles en estos tiempos desafiantes”, tras recortar hasta casi un 0 % los tipos de interés de referencia, aunque ha admitido que “estas acciones son solo parte de una respuesta más amplia del sector público”.
Powell ha comparecido junto con el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, para explicar los progresos en el desembolso del paquete fiscal previo de 2,2 billones de dólares (2 billones de euros) pactado en abril y las inyecciones de liquidez aportadas al mercado por el banco central para suavizar las tensiones financieras generadas.
No obstante, esta crisis, la mayor que se ha registrado desde la Segunda Guerra Mundial, y la tasa de desempleo cerca del 15 % en abril por la ola de despidos masivos, ha forzado a nuevas negociaciones de cara a un programa de estímulo fiscal adicional.
La Cámara de Representantes, controlada por los demócratas, ha aprobado un nuevo plan de rescate fiscal por valor de 3 billones de dólares (2,7 billones de euros), que incluye un billón de dólares (909.000 millones de euros) para apuntalar a los estados y gobiernos locales, así como otra ronda de pagos directos, incluidos esta vez los inmigrantes sin papeles.
Ante esta situación, la Casa Blanca, los republicanos y algunos demócratas se han opuesto tanto al giro a los indocumentados como a rescatar los estados, porque consideran que en algunos casos sus problemas financieros son previos al brote del coronavirus.