El Banco Central de Brasil ha recortado los tipos de interés de referencia en 50 puntos básicos a un mínimo histórico del 3,75%, en un intento por amortiguar el golpe económico de la pandemia de coronavirus, pero no ha dicho que existan planes para nuevos recortes y ha destacado la necesidad de realizar más reformas.
La decisión que ha tomado el comité del ente central, que fija las tasas y que está compuesto por nueve personas y es conocido como “Copom”, fue unánime y se ha presentado en un momento en el que los economistas están reduciendo las previsiones de crecimiento, apuntando a una recesión.
El principal índice bursátil de Brasil se ha desplomado un 35% solo este mes y el real ha tocado nuevos mínimos casi a diario.
En su decisión, las autoridades del organismo han hecho notar la desaceleración global provocada por el nuevo coronavirus, que según ellos aún no es visible en los datos económicos brasileños.
El Banco Central de Brasil ha señalado que “continuará desplegando su arsenal de políticas monetarias, cambiarias y de estabilidad financiera para combatir la crisis actual”.
Subrayando la velocidad y la escala del deterioro de las previsiones económicas, Goldman Sachs ha comentado que espera que la economía de Brasil se contraiga en torno al 0,9% este año, en comparación con un pronóstico de crecimiento del 1,5% de apenas dos semanas.
En las últimas semanas, la caída del real brasileño se ha acelerado, acumulando una pérdida de más del 20% respecto al dólar este año. Sin embargo, las expectativas de inflación están cayendo aún más por debajo de los objetivos del Banco de Brasil para el 2020 y el 2021, debido al desplome de los precios del petróleo y las menores expectativas de crecimiento.
La tensión en los mercados financieros ha llevado al Banco Central de Brasil a intensificar sus intervenciones cambiarias y, junto con el Tesoro, entrar en el mercado de bonos para proporcionar liquidez.