S&P Global Ratings ha señalado que el rating de España, situado en ‘A-‘ con perspectiva positiva, no se verá afectado por los recientes acontecimientos políticos, incluyendo la convocatoria de elecciones anticipadas para el próximo 28 de abril.
La agencia de calificación ha explicado que, en vista del «descosido panorama político de España», no espera que las elecciones anticipadas otorguen un mandato efectivo al próximo Gobierno, por lo que es poco probable que se resuelvan en el corto plazo los principales desafíos económicos de España, como el desempleo estructuralmente alto y el déficit de la Seguridad Social.
De este modo, S&P dice en su nota que la posibilidad de una débil coalición de Gobierno tras los comicios cuestiona el ritmo de la futura consolidación presupuestaria del país, que «será lento durante los próximos años», especialmente si no hay planes certeros para abordar el déficit del sistema de la Seguridad Social.
Sin embargo, la agencia de calificación ha destacado que las divisiones políticas «no han frenado el desempeño económico de España«, cuya economía «lo está haciendo bien», a pesar de la desaceleración que se ha evidenciado en el crecimiento de algunos de sus principales socios comerciales.
S&P prevé que España seguirá creciendo durante los próximos tres años por encima de la media de la eurozona.
En este sentido, la agencia ha dicho que «el sólido desempeño económico de España refleja las mejoras de competitividad ganadas con dificultad, incluyendo las debidas a las reformas laborales de 2012» y ha destacado el hecho de que España haya logrado superávits por cuenta corriente y capitales desde 2013, a pesar del incremento de la demanda doméstica.
Aunque las divisiones políticas pueden no afectar las perspectivas económicas en el corto plazo, S&P ha advertido que la incapacidad acumulada de las autoridades para hacer frente a los retos pendientes en la economía «podría afectar el desempeño económico en el medio y largo plazo».