Este miércoles, el presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, y la primera ministra británica, Theresa May, se reunirán en Bruselas, según anunció el portavoz jefe del Ejecutivo comunitario, Margaritis Schinas.
La reunión entre May y Juncker se produce en plena recta final del «brexit», mientras el Parlamento británico mantiene su bloqueo al acuerdo de salida e insta a la primera ministra a renegociar el documento con la Unión Europea, algo a lo que Bruselas se ha negado.
Cuestionado por los progresos en los contactos entre los equipos de Londres y Bruselas, que mantuvieron una reunión este lunes por la noche, el portavoz dijo que el jefe negociador comunitario, Michel Barnier, había reiterado a su homólogo británico, Stephen Barclay, que los Veintisiete «no reabrirán el acuerdo de retirada».
«No podemos aceptar un límite temporal a la salvaguardia irlandesa o una cláusula de salida unilateral. Esta semana habrá más conversaciones para ver a qué acuerdo se puede llegar que consiga el respaldo más amplio posible en el Parlamento británico y respete las guías acordadas por el Consejo Europeo (los países)», dijo el portavoz.
Schinas insistió en que la Comisión ha negociado este acuerdo basándose en las indicaciones de los países miembros de la UE y recordó que el documento obtuvo en noviembre el respaldo tanto de los gobiernos de los Veintisiete como del Ejecutivo británico.
«Desde entonces, estamos escuchando y trabajando con el Gobierno británico para ver cómo podemos trabajar por una salida ordenada del Reino Unido de la UE el 29 de marzo», añadió.
May y Juncker se vieron por última vez el pasado 7 de febrero en Bruselas.
May ha pedido a sus diputados conservadores que dejen a un lado sus «preferencias personales» y se unan para apoyar un acuerdo sobre la retirada del Reino Unido de la Unión Europea (UE).
Ha enviado una carta a los 317 diputados de su formación ante las divisiones que hay entre euroescépticos y pro-europeos sobre el «brexit«, que se concretará el próximo 29 de marzo.
El jueves, la «premier» sufrió en el Parlamento un revés al perder por 303 votos frente a 258 una moción que pedía al Gobierno seguir negociando con Bruselas cambios en el tratado de retirada.
La moción no era vinculante, pero ha puesto de manifiesto los problemas que tiene May para controlar a ese sector euroescéptico y conseguir una mayoría parlamentaria que sacar adelante su plan negociado con Bruselas durante casi dos años.