Los líderes de la Unión Europea celebrarán este martes una cumbre con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, la primera desde 2014, con el objetivo de renovar la asociación transatlántica y cooperar en la era postpandemia por la recuperación mundial sostenible y la protección del planeta.
La lucha contra la pandemia, los futuros retos sanitarios, el fomento del crecimiento ecológico, el fortalecimiento del comercio, la inversión y la cooperación tecnológica y la defensa de un mundo más democrático y seguro, con respeto al orden internacional basado en reglas, también forman parte de la agenda del encuentro.
Una cumbre que será la tercera que Biden protagoniza en su histórico viaje a Europa, tras la del G7 celebrada en Cornualles (suroeste de Inglaterra) del 11 al 13 de junio, y la de la OTAN, que tendrá lugar la víspera en Bruselas. El miércoles, en Ginebra, está previsto su cara a cara con su homólogo ruso, Vladímir Putin.
En la cumbre del martes, la UE estará representada por el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y se espera que al final del encuentro se firme una declaración conjunta.
Hay que remontarse cuatro años, al 25 de mayo de 2017, para encontrar la foto de la anterior cumbre UE-EE.UU., protagonizada por los anteriores presidentes del Consejo Europeo, Donald Tusk; de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker; y el entonces recién estrenado 45 presidente de la Estados Unidos, Donald Trump, cuya etapa al frente de la Casa Blanca erosionó profundamente las relaciones.
Unas relaciones antiguas y que, especialmente tras la Segunda Guerra Mundial, sentaron las bases de la economía mundial y del orden internacional, además de que ambos bloques democráticos representan la mayor relación económica del mundo, con 780 millones de personas.
Unas bases que los cambios geopolíticos acaecidos desde entonces, así como el periodo trumpiano y la pandemia, zarandearon y toca renovar. Todo indica que Bruselas y Washington pondrán todo de su parte para recuperar la sintonía, aunque haya notas discordantes.