Los países que forman parte de la Unión Europea prevén recortar las emisiones de gases de coches en un 35 por ciento para el año 2030, después de que Alemania advirtiera de que unas metas muy ambiciosas podrían dañar la industria y el empleo. Los expertos han señalado que es una muestra de su preocupación por un informe que ha publicado la ONU sobre el calentamiento global.
Los ministros de medio ambiente de la Unión Europea están divididos entre reducir la contaminación y preservar la competitividad de la industria. Los ministros se reunieron en Luxemburgo y hablaron por más de 13 horas hasta casi medianoche para llegar a un acuerdo sobre qué límites de emisiones de dióxido de carbono se deben imponer a las poderosas automovilísticas de Europa para 2030.
Miguel Arias Cañete, el comisario europeo de clima, ha dicho que “tuvimos una discusión realmente complicada” en relación al compromiso que obtuvo el apoyo de 20 naciones, con 4 votos en contra y 4 abstenciones. Arias ha agregado que “nunca creí al principio que se obtendría un apoyo tan fuerte”.
Las reglas finales se van a establecer en conversaciones que comenzarán la semana que viene con los otros dos organismos legislativos de la Unión Europea: el Parlamento Europeo, que busca una meta más ambiciosa, y la Comisión Europea, que propuso una más baja.
Por su parte, los ministros de la Unión Europea han mostrado su profunda preocupación por un informe publicado por las Naciones Unidas en el que pide una “acción rápida y sin precedentes para contener el calentamiento global y un compromiso renovado con el acuerdo climático de París 2015”.
Un grupo de países está tratando de buscar una reducción mayor al 40 por ciento, en línea con los objetivos respaldados por los legisladores de la Unión Europea la semana pasada, pero han relajado su posición en las conversaciones.