La inflación de consumo en China durante el mes de diciembre se mantuvo estable mientras que los precios de las fábricas descendieron a un ritmo más lento, lo que ha permitido que el Gobierno continúe con el curso de la flexibilización monetaria mientras que el crecimiento económico se enfría.
Algunos inversores temen que la inflación al consumo, que está cerca de los niveles máximos de los últimos ocho años, pueda hacer que el banco central de China sea más cauteloso en relación a nuevos estímulos.
En diciembre, los precios al consumidor se elevaron un 4,5% si se compara con el mismo mes de 2018, sin cambios respecto a la tasa de noviembre, pero por debajo de la previsión de los analistas de un 4,7%.
Las ganancias se han visto una vez más impulsadas por un aumento en los precios de la carne de cerdo, porque la peste porcina africana hizo estragos en las granjas porcinas del país.
No obstante, la inflación subyacente -que excluye los precios de los alimentos y la energía- se ha mantenido controlada.
Los analistas estiman que la inflación de los consumidores podría mantenerse elevada durante un tiempo debido a la subida de los precios de los alimentos durante el Año Nuevo Lunar y al aumento de los costes mundiales del petróleo en medio de las recientes tensiones geopolíticas.
Niu Li, economista del Centro de Información Estatal, prevé que “el IPC aumente por encima del 5% en enero, pero la inflación tendrá una caída significativa en la segunda mitad de este año debido al aumento de la oferta de carne de cerdo”.
Mientras que el índice de precios al productor, un indicador clave de la rentabilidad de las empresas, ha caído un 0,5% si se compara con el año anterior. Los expertos esperaban que los precios de fábrica descendieran un 0,4% interanual, tras la caída del 1,4% de noviembre.
NBS ha dicho en un comunicado que el menor ritmo de descenso de los precios al productor ha estado en línea con la mejora de los componentes de los precios en las recientes encuestas a las fábricas. La moderación en la deflación se debe a una recuperación en las industrias de procesamiento de petróleo, carbón y otros combustibles.