François Villeroy de Galhau, integrante del Banco Central Europeo, ha señalado esta semana que los gobiernos no deberían esperar que el supervisor europeo permita que los temas fiscales tengan preeminencia cuando fija su política monetaria, aun cuando está en juego la estabilidad financiera.
El también gobernador del banco central de Francia, no mencionó de forma directa a Italia, pero la decisión de Roma de abandonar las metas previas de déficits que habían sido acordadas con la Unión Europea ha puesto bajo presión a los activos italianos, lo que ha generado cuestionamientos sobre la estabilidad financiera.
En una conferencia ofrecida en París, François Villeroy dio que “no puede haber dominio fiscal ni influencia de cualquier política fiscal nacional en nuestra política monetaria común”.
Asimismo, François Villeroy ha asegurado que el mandato primario de los integrantes del Banco Central Europeo es garantizar la estabilidad de precios en la zona del euro y que eso tenía que ser asegurado a través de na serie de medidas regulatorias.
El nerviosismo que se ha registrado en el mercado financiero por la situación de Italia, que ha afectado al euro y ha traído como consecuencia un alza de los rendimientos de los bonos italianos, se enfoca en la enorme carga de impuestos del país.
Jean-Claude Juncker, el presidente de la Comisión Europea, ha trazado unos planes paralelos esta semana entre los del Gobierno populista de Roma y las finanzas de Grecia, que recientemente salió de su tercer rescate financiero internacional.
Por su parte, Villeroy ha dicho “permítanme remarcarlo, en el alza cíclica en la que aún estamos, más deuda pública no es una cura, es una enfermedad” y ha agregado “lo subrayo para mi propio país, Francia. Es cierto para Francia, pero también es cierto para Italia e incluso para Estados Unidos”.