El Instituto de Estudios Económicos (IEE) considera que hacen falta más medidas directas de apoyo a la actividad productiva, y que es «posible» que algunas de las acciones planteadas por el Gobierno «hayan podido agravar y no amortiguar su impacto económico y presupuestario», haciendo hincapié en la duración de las restricciones a la movilidad y la actividad empresarial.
El IEE ha indicado que la presentación de previsiones económicas para 2020, aunque «con retraso», debe valorarse «positivamente», añadiendo que estas resultan compatibles con las de otras instituciones como el FMI, Banco de España o CEOE.
Por la parte de los ingresos públicos, indica que estos «no van a tener el comportamiento que se esperaría» en esta situación, ya que al no haber establecido la reducción de impuestos sobre las empresas, las medidas de aplazamiento de liquidaciones resultan por si solas insuficientes para aliviar esta carga.
Por ello, plantear un déficit superior al 10% sin acompañarlo con un plan «integral y contundente» para la mejora de la eficiencia del gasto público «multiplica el riego de subida de impuesto a futuro».
El IEE destaca que debe mantenerse el impulso de las reformas estructurales que forman parte del Plan Nacional de Reforma 2020 «sin que en ningún momento se produzca un retroceso de las reformas ya realizadas o comprometidas». No obstante, indica que falta que el PNR 2020 asuma más responsabilidad en reformas estructurales que garanticen un entorno más flexible y con mayor capacidad de adaptación para las empresas.
Además, esgrime que el Gobierno debe utilizar «palancas de consenso como el diálogo social» y plantear medidas «bien enfocadas y ortodoxas» para facilitar los consensos políticos y sociales, así como acelerar la implementación y eficacia de los planes de normalización e impulso de la actividad económica.
El IEE ha adelantado que el Producto Interior Bruto (PIB) disminuyó un 5,2% en el primer trimestre de 2020 con respecto el periodo anterior. En términos anuales esta reducción sitúa a la tasa de variación en el -4,1%, esto es casi una caída de aproximadamente seis puntos porcentuales con respecto el crecimiento medio registrado en 2019.
De igual forma, al anualizar la tasa intertrimestral registrada durante el primer trimestre obtendríamos una variación anual del -22,5%. Esta contracción se produjo prácticamente en su totalidad por la disminución de la demanda nacional (-5,1%) afectada por la caída de la inversión (-5,8%) y, en especial, por la del consumo de las familias (-8,2%).
En cuanto al sector exterior, la minoración de las exportaciones (-8,4%) se vio afectada por la contracción de la de los bienes (-6,5%), pero muy especialmente por la de los servicios (-12,3%). Se ha de destacar que en esta última partida el gasto en consumo de los no residentes, disminuyó (-18,6%), asociado al impacto de la crisis sanitaria sobre el sector del turismo.
Precisan que el impacto de la crisis sanitaria sobre la economía española se detecta solo parcialmente a través de esta información, puesto que existen dificultades de estimación del PIB.