Según han indicado las propias entidades, los bancos acreedores de Pescanova se encuentran a la espera de que la empresa gallega les proporcione la documentación referente a sus cuentas del pasado año, para comenzar las negociaciones de refinanciación de su deuda.
Las mismas fuentes han recordado que la empresa se había comprometido a presentar esa documentación a principios de esta semana ante los representantes del ‘steering committe’ de los bancos, integrado por las entidades con mayor exposición (Novagalicia Banco, Sabadell, Caixabank, Royal Bank of Scotland, Popular, Bankia y Deustche Bank).
En tanto los acreedores no dispongan de esas cuentas, no se celebrará la reunión para empezar a renegociar la deuda -que algunas fuentes elevan hasta los 2.500 millones de euros–, ni la concesión de créditos. No obstante, la previsión es que ese encuentro pueda tener lugar esta misma semana.
En cualquier caso, las entidades financieras se han mostrado dispuestas a facilitar un crédito urgente a la multinacional gallega, actualmente en preconcurso de acreedores, para hacer frente a los pagos más inminentes. Aunque inicialmente se hablaba de 50 millones, es posible que las necesidades de Pescanova en ese sentido sean más elevadas.
Además, la banca acreedora ha pedido que la firma gallega nombre una figura similar a un consejero delegado que lidere la interlocución con las entidades para renegociar su deuda, algo que ya solicitaron varios consejeros al presidente de la compañía, Manuel Fernández de Sousa.
Asimismo, los representantes del Grupo Damm y del fondo Luxempart, miembros del consejo de administración de Pescanova y críticos con la dirección de la empresa, están a la espera de contestación a su solicitud de reunión extraordinaria de la dirección de Pescanova, para conocer precisamente el estado de las cuentas.