Moody’s ha puesto bajo análisis una posible revisión a la baja de la calificación a largo plazo de CaixaBank, después de su OPA sobre el banco portugués BPI. Actualmente, el banco presidido por Isidro Fainé cuenta con una calificación de Baa3.
Esta posible rebaja de la nota de CaixaBank refleja el impacto negativo que esta operación puede tener sobre la solvencia de la entidad bancaria catalana.
Moody’s ha explicado en una nota de prensa que “dependiendo del nivel de aceptación de la opa, el efecto en los niveles de solvencia podría estar en un rango de entre 80 y 140 puntos básicos en términos de capital fully loaded Common Equity Tier 1 (FL CET1)”. Según sus cálculos, el ratio se situaría entre el 10,7% y el 10,1%, frente a la media de sus comparables europeos del 11%.
La agencia de calificación crediticia estima que el impacto de esta adquisición en la calidad de los activos de CaixaBank y su rentabilidad ha de ser limitado y manejable, debido al tamaño de BPI frente a la entidad catalana. Asimismo, considera que la trayectoria de CaixaBank en BPI debería aliviar los riesgos de ejecución de la operación.
Con respecto al BPI, Moody’s podría elevar la nota, pues la entidad portuguesa podría verse beneficiada por la adquisición y el soporte de un banco más fuerte como Caixabank.
La agencia de calificación de riesgo ha destacado que la operación está condicionada a que CaixaBank alcance una participación mayor al 50% en BPI y a que el grupo luso elimine, en una junta extraordinaria, una norma interna que limita los derechos de voto al 20%.
Si todo marcha de acuerdo a lo previsto, CaixaBank podría generar un pago de hasta 1.082 millones de euros para hacerse con la totalidad de BPI, donde actualmente es el primer accionista, con un 44,1% del capital y cuatro consejeros.