José Antonio Álvarez, el vicepresidente de Banco Santander, considera la inclusión financiera como uno de los grandes retos de la banca en Latinoamérica, sobre todo en lo que respecta al acceso generalizado al crédito de pymes, autónomos y mujeres.
Así lo ha indicado José Antonio Álvarez este jueves 14 en una conferencia titulada ‘Latinoamérica y Europa: la banca como elemento de cohesión social y financiera’, en la que Alejandra Kindelán, la presidenta de la Asociación Española de Banca (AEB), ha sido la moderadora.
El vicepresidente de Banco Santander, y anterior consejero delegado de la entidad presidida por Ana Botín, ha subrayado que el banco suma 35.000 millones de euros invertidos en América Latina, una región en la que cuenta con más infraestructura y empleados que en Europa.
José Antonio Álvarez ha recordado que el sector financiero arrastraba históricamente un déficit de atención sobre esos segmentos empresariales y sociales en Latinoamérica, porque se había centrado fundamentalmente en el negocio corporativo.
Por otra parte, el vicepresidente de Banco Santander ha afirmado que él abogaría por hacer una pausa en la regulación del sector bancario, que trajese consigo una simplificación de algunos aspectos, como por ejemplo, recortando el ‘reporting’, y procurando que los supervisores ejerciesen su labor con más discrecionalidad y juicio.
La presidenta de la Asociación Española de Banca (AEB), por su parte, ha indicado que “la banca debe posicionarse como motor de crecimiento y progreso sin dejar a nadie atrás», y potenciando la educación financiera.
Para Kindelán, «La educación financiera es necesaria para tener sociedades más seguras. Es la principal tarea del sector bancario, a la vez que es un ejemplo de cooperación entre áreas geográficas como son Europa y América Latina».
El otro ponente de la conferencia, Ricardo Bonilla, ministro de Hacienda y Crédito Público de Colombia, ha señalado que Banco Santander es «de los pocos» que está otorgando préstamos a escala micro, y que ofrece una tasa de interés menor que la del ‘gota a gota’ (sistema no oficial que impera en el país sudamericano, y que implica intereses muy altos).
Bonilla ha apuntado que el reto es lograr unas tasas de interés más bajas, y que haya un equilibrio entre banca y prestatario, ya que la banca comercial está «altamente concentrada» y el tipo del interés del banco central colombiano se ubica en el 13,25%, lo que hace que los intereses de los préstamos en el mercado superan el 15% y hasta el 20%.
Para el ministro de Hacienda y Crédito Público de Colombia, “no se trata de que los bancos pierdan, pero tampoco de que los que reciban créditos vean cómo se quiebran sus empresas».
Además, ha estimado que una mayor inclusión financiera posibilitaría recortar la informalidad laboral, y que esos nuevos recursos y créditos podrían traer consigo un mayor crecimiento económico sin un endeudamiento lesivo.