El banco suizo Credit Suisse registró pérdidas por importe neto atribuido de 637 millones de francos suizos (522 millones de euros) en el cuarto trimestre de 2011, frente al beneficio de 841 millones de francos (689 millones de euros) del mismo periodo de 2010, debido al impacto negativo derivado de la reestructuración de sus actividades y de las medidas de mejora en la gestión del riesgo.
En concreto, la entidad helvética asumió en el cuarto trimestre del ejercicio una carga extraordinaria por importe agregado de 981 millones de francos (805 millones de euros) derivada de la reasignación de costes dentro del banco, el abandono de varios negocios y la acelerada reducción de activos de riesgo en línea con Basilea III.
El consejero delegado de Credit Suisse, Brady W. Dougan, admitió que los resultados de la entidad en el último trimestre del año fueron «decepcionantes» como reflejo de las adversas condiciones en los mercados y el impacto de las medidas adoptadas para adaptar con rapidez las actividades del banco al nuevo entorno de negocio y regulatorio.
«A pesar de que somos conscientes de que el mercado y el entorno económico continúan siendo inciertos, confiamos en registrar un buen comienzo de año (…) Hemos acelerado nuestro plan de reducción de activos de riesgo y esperamos alcanzar los niveles fijados para finales de 2012 a finales del primer trimestre de 2012», añadió.
En este sentido, Credit Suisse precisó que ha logrado adelantar la aplicación de su plan para reducir activos de riesgo en línea con Basilea III y ahora prevé cumplir el objetivo de recortar 80.000 millones de francos (65.573 millones de euros) nueve meses antes de lo previsto.
De este modo, en el conjunto de 2011, Credit Suisse obtuvo un beneficio neto atribuido de 1.953 millones de francos (1.600 millones de euros), lo que supone un descenso del 61,7% respecto al año anterior, mientras que su cifra de negocio neta disminuyó un 17%, hasta 25.429 millones de francos (20.843 millones de euros).