Este proyecto prevé una inversión de 3.000 millones de euros y la creación de 10.000 empleos, entre directos, indirectos e inducidos. Para producir este vector energético, Cepsa utilizará electricidad renovable y aguas residuales para reducir el consumo de agua dulce y promover la economía circular.
A pesar de esta decisión, las mismas fuentes precisaron que la transformación en marcha de Cepsa «es irreversible para lograr que más de la mitad de su beneficio provenga de actividades sostenibles en 2030».
Según adelanta este viernes el diario ‘Expansión’, Cepsa tiene ya identificados proyectos en Argelia, Marruecos, Brasil y Estados Unidos que van a acelerarse si finalmente quedan liberados recursos en España por culpa del llamado coloquialmente como ‘impuestazo’.
La pasada semana, el Gobierno anunció que incluía entre los compromisos remitidos a Bruselas el mantenimiento de «manera permanente» de los gravámenes extraordinarios sobre las energéticas y la banca.
Inicialmente aprobados para dos ejercicios -2023 y 2024- debido al impacto por la crisis por la guerra en Ucrania, el Gobierno ha ingresado más de 2.400 millones de euros del sector energético en estos dos años por esta partida.
Cepsa ha sido uno de los grupos más damnificados por este gravamen en los dos últimos ejercicios. De hecho, en 2023, cerró en unas pérdidas de 233 millones tras pagar más de 320 millones de euros por el impuesto.
RECHAZO FRONTAL DEL SECTOR
Este jueves, la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP) -la patronal de las grandes petroleras de la que forman parte la propia Cepsa, Repsol, Galp, Disa o BP, entre otras- ya mostró su rechazo a un impuesto permanente al sector energético y advirtió de que este gravamen o la falta de claridad sobre el horizonte fiscal podía «desalentar las inversiones en el país», poniendo en peligro los 16.000 millones de euros que prevé abordar el sector para su descarbonización hasta 2030.
Además, Cepsa sigue así los pasos de Repsol en su oposición frontal a la posibilidad de que este tributo pueda perpetuarse en el tiempo.
La compañía dirigida por Josu Jon Imaz anunció esta misma semana su decisión de invertir 15 millones de euros en un nuevo proyecto de hidrógeno renovable en su Complejo Industrial de Sines, en Portugal.
Ya hace un año, había dejado clara su intención de situar en ‘barbecho’ el llevar a cabo el proceso inversor en algunos de sus proyectos industriales en distintas zonas del territorio español hasta contar con unas condiciones estables y suficientemente atractivas para garantizar la rentabilidad.
De hecho, a finales de octubre de 2023, en un conferencia con analistas, el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, ya indicó que la compañía contaba con «otras alternativas», como Portugal, donde podría tener actividad internacional en su negocio industrial.
Repsol mantiene así en el aire unas inversiones cercanas a unos 1.500 millones de euros que podrían afectar a proyectos en cartera del grupo en Euskadi, Tarragona (Cataluña) y Cartagena (Murcia).