Abanca generó un valor económico en 2018 de 1.057,3 millones de euros, lo que supone un 14,1% por encima del importe obtenido en 2017.
La entidad financiera ha publicado esta semana su memoria corporativa y de RSC, y remitió sus cuentas anuales consolidadas a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
De esta cantidad, el banco inyectó en la sociedad 736 millones de euros. El grueso, a través de los sueldos de sus empleados, una partida a la que dedicó 319,5 millones de euros, cinco más que en el ejercicio anterior.
Los pagos realizados a proveedores crecieron un 11%, al pasar de 178 a 197 millones de euros. El informe detalla que en 2018 trabajó con 1.365 empresas distintas, que en siete de cada diez casos “facturaron servicios por valores inferiores a los 50.000 euros, lo que refleja el esfuerzo de la entidad por diversificar sus compras en el máximo número de proveedores posibles”.
De estas empresas, 607 son gallegas y se llevaron 58,1 millones de euros.
Abanca ha destacado que el importe distribuido a través de su fundación se duplicó en el 2018, al pasar de 5 a 10 millones de euros, mientras que el dividendo a los accionistas se elevó un 17% hasta alcanzar los 172 millones de euros.
En cuanto a la contribución fiscal, el banco abonó 34,2 millones de euros en concepto de impuesto de sociedades en España, aunque su aportación tributaria total subió hasta los 43 millones de euros, multiplicando casi por cuatro la cantidad del ejercicio anterior.
En relación al personal, Abanca indica en su informe que en el 2018 incorporó 411 nuevos trabajadores a su plantilla, más del doble de los 187 fichajes del 2017. De esos nuevos empleados, la distribución por sexos fue casi exacta (206 hombres y 205 mujeres) y más de la mitad (231) no llegaban a los 30 años. 307 fichajes se realizaron en Galicia, Asturias y León, por otros 95 en el resto de España y 9 en el extranjero.