Esta semana, la Asociación Española de Banca (AEB) y la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA) han lanzado una acción común, «Conversaciones para la recuperación», con objeto de reafirmar el compromiso del sector con la recuperación económica.
Ambas patronales han colgado en sus páginas web sendos videos de sus respectivos portavoces, en los que destacan el papel desempeñado por las entidades para mitigar los efectos de la pandemia de coronavirus.
José Luis Martínez Campuzano, portavoz de la AEB, detalla las medidas a través de las cuales la banca ha apoyado al tejido empresarial y a las familias españolas durante la pandemia, al tiempo que señala el que debe ser su principal objetivo, la recuperación con un crecimiento sostenido en el tiempo.
Desde la patronal de las cajas de ahorros, Alberto Aza pone el acento en el papel esencial que tendrá la banca en el plan de reconstrucción de la economía a través de la canalización de los fondos europeos.
Ambos destacan en sus alocuciones la rapidez y la forma decidida con la que las entidades financieras actuaron para canalizar el crédito a las empresas y ayudar a los ciudadanos a afrontar el impacto de la crisis.
Toda esa enorme organización de personas y medios funcionó «a la perfección», y fue una prueba la que las entidades «estaban y siguen estando perfectamente preparados», ya que los clientes pudieron disponer de sus depósitos, hacer sus pagos y realizar sus operaciones habituales.
Tanto Martínez Campuzano como Aza recuerdan que durante la crisis se desplegaron una batería de medidas, entre las que cabe destacar las moratorias de pago legales y sectoriales, el adelanto del pago de las prestaciones por desempleo, o el aplazamiento del pago de alquileres para los inquilinos de pisos del Fondo Social de Viviendas (FSV).
Asimismo, otras pensadas para cubrir las necesidades de crédito y de liquidez de las empresas, todas las cuales han hecho que la economía siga funcionando y las empresas y familias hayan podido contar con el apoyo necesario.
Detalla que los fondos europeos representan «una oportunidad única para conectar el sector público y el privado en un objetivo común, de modo que ninguna institución ni empresa puede quedar excluida».