Ana Botín, la presidenta de Banco Santander, no rechaza la posibilidad de una recesión a nivel mundial, si bien no prevé que impacte de forma significativa en el ámbito del empleo, que actualmente marca niveles históricamente altos en algunas de las principales economías en que esta establecida la entidad, como por ejemplo Reino Unido, España o Portugal.
Así lo ha señalado la presidenta de Banco Santander este martes en su intervención en un panel organizado por The Wall Street Journal, en el Foro Económico Mundial que se desarrolla esta semana en Davos (Suiza).
Ana Botín ha subrayado que ve una destacada resiliencia entre los consumidores de los mercados en los que trabaja Banco Santander, excepto en el caso de los que se encuentran en «la base de la pirámide», los más afectados por la alta inflación imperante.
La presidenta de Banco Santander no descarta la posibilidad de una recesión generalizada, y prevé un crecimiento mundial inferior al 3% en 2023, con un avance de entre el 4,5% y el 1% en los mercados en los que opera Banco Santander.
Lo que sí ha descartado Ana Botín es que sobrevenga una situación en el mercado inmobiliario como la que ocurrió en la crisis de 2007-2008, puesto que la riqueza neta se sitúa en niveles «muchos más altos» que hace 15 años, aunque considera que pueden ocurrir ajustes ante la subida de tipos de interés por parte de los bancos centrales en su lucha contra la elevada inflación.
Respecto a esta última, la presidenta de Banco Santander ha remarcado la importancia de detener la subida de los precios para «toda la sociedad, especialmente para los más vulnerables», y cree que la normalización de tipos de interés es un «gran cambio» para el sector financiero, en especial para el europeo.
Por lo que respecta al impuesto temporal a los bancos en España, Ana Botín ha subrayado que la banca «paga muchos impuestos», con una tasa impositiva efectiva por encima del 30%, y ha indicado que «Si los gobiernos necesitan aumentar los impuestos, los pagaremos. Pero, ¿por qué la banca debería pagar más que otras empresas?».
La presidenta de Banco Santander ha hecho hincapié en que los gravámenes al sector financiero suponen un «enorme efecto multiplicador negativo» sobre la economía y el empleo. En este sentido, ha indicado que «Si pagamos 2.000 millones adicionales en impuestos, eso son 10, 15 o 20.000 millones menos en préstamos». «Lo que defendemos es que si el Gobierno necesita aumentar los impuestos, que se haga entre todos los sectores», ha afirmado asimismo.