José Manuel González-Páramo, consejero ejecutivo de BBVA, ha pedido un marco regulatorio para que las actividades con los mismos riesgos reciban el mismo trato, y ha destacado que es fundamental que no haya barreras innecesarias a la competencia.
El consejero ejecutivo ha participado en la reunión anual del Institute for International Finance (IIF) celebrada en Bali, en el marco de las reuniones del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial. Allí ha pedido que los reguladores tienen que replantearse las regulaciones sectoriales, a medida que se difuminan las barreras entre sectores.
En este sentido, ha explicado que esto es muy claro en las regulaciones que están relacionadas con el denominado «open banking» o la banca abierta.
González-Páramo ha destacado que, por ejemplo, estas regulaciones introducen un nuevo derecho a la portabilidad que permite a los consumidores compartir los datos con terceros.
A su parecer, normativas como PSD2 y GDPR, a pesar de que se encuentran encaminadas en buena dirección, pueden crear una asimetría en la regulación de los datos, porque otras industrias pueden acceder a datos de los bancos, pero lamentablemente no a la inversa.
Las nuevas normativas en las que el BBVA piensa, además de evitar asimetrías, tiene que estar «armonizado entre sectores» y entre los países para tener la capacidad de responder a los retos de la era digital.
El directivo, responsable de economía, regulación y relaciones institucionales de BBVA, ha señalado que es necesaria una coordinación global y transversal en el diseño e implementación de este nuevo marco global para las finanzas digitales.
González-Páramo ha dicho que esta función podría recaer sobre «el G20 o sobre un organismo de nueva creación» y considera que es sumamente importante abrir un debate internacional sobre asuntos críticos que requieren una acción coordinada, tales como los datos y la ciberseguridad.