El grupo financiero BDK ha llevado a cabo una ampliación de capital para financiar su estrategia de crecimiento y fortalecer sus negocios bancarios localizados en el occidente de África.
Los socios del proyecto han suscrito una ampliación de capital de 10 millones de euros, de acuerdo a lo reseñado en la documentación aportada por el grupo de capital hispano-venezolano al registro mercantil de Luxemburgo, país donde está residenciado el holding (BDK Financial Group).
Gracias a esta ampliación, el capital total de la compañía se ha elevado a 130 millones de euros, tal y como refleja el registro mercantil. Por otro lado, permitirá financiar los planes de expansión del grupo y elevar las ratios regulatorias de solvencia del banco.
Por el momento, el grupo presidido por Alfredo Sáenz (exvicepresidente de Santander) está presente en Senegal (Banque de Dakar) y Costa de Marfil (Banque d’Abidjan) con negocios bancarios tradicionales. Además, cuenta con otras filiales especializadas en financiación al consumo a través de dispositivos móviles (Kash-Kash y Creditkash) en Costa de Marfil, Guinea-Conakry, Senegal y Mali.
A mediados de 2018, el grupo financiero abrió unos negocios de micropréstamos y banca móvil en Mali, llegando a establecer acuerdos con la compañía de correos para utilizar sus oficinas como terminales de venta.
La decisión del grupo financiero BDK de optar por negocios de banca móvil no ha sido casual. La región donde se está instalando comparte el franco CFA como moneda y presenta niveles de bancarización bajos, aunque nueve de cada diez personas tienen un teléfono móvil. Esta peculiaridad ha llevado a Alberto Cortina a impulsar un nuevo negocio en esta región, atrayendo a empresarios españoles, venezolanos y a antiguos directivos de Santander para gestionar la compañía.
El Banco de Dakar fue presentado en el 2014 como una base de operaciones financieras radicada en Senegal pero con una clara orientación expansiva hacia el resto de mercados emergentes del franco CFA, la divisa convertible a tipo de cambio fijo con el euro y en la que operan hasta 14 países africanos.