Moscú corre el peligro de perder cerca de 200.000 puestos de trabajo, como consecuencia de la salida de Rusia de empresas extranjeras en respuesta a la invasión de Ucrania.
El primer ministro de Grecia y el presidente de Rusia tienen previsto reunirse en Moscú, con el objetivo de analizar los lazos económicos entre ambos países, y las sanciones impuestas por parte de la UE.