Los países del G7, los más industrializados y ricos del mundo, han movilizado 19.800 millones de dólares en ayudas a Ucrania en 2022 para que pueda afrontar sus pagos.
Las medidas planteadas por la CE para acelerar la desconexión del gas ruso, sitúan la urgencia geopolítica por delante de los objetivos climáticos de la UE.