Francia, que ya revisó a la baja su previsión de crecimiento para 2022 al 2,5 %, ha reducido las de 2023 y espera contener la inflación, del 5,1 % en 2022 al 3,3 % en 2023.
Christine Lagarde aleja los temores sobre la política del BCE en respuesta a la inflación afirmando que es improbable que en 2022 se den las condiciones para subir los tipos de interés.
Ayer se conoció que por primera vez en los últimos ocho meses la inflación se modera. El descenso del petróleo y de los servicios turísticos enfrían el IPC, que pasa del 3,8% al 3,5% en mayo. Parece que al menos hay una buena noticias, después de un crecimiento estancado, un volumen de paro histórico y una inflación pujante.
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