España ha avanzado una posición en el ranking mundial de competitividad elaborado por el Foro Económico Mundial (FEM), situándose en el puesto 35, fundamentalmente gracias a sus infraestructuras, uso de nuevas tecnologías y formación, y a pesar de los malos resultados en otros aspectos, como el déficit y la financiación a las empresas.
El Foro Económico Mundial (FEM) ha elaborado el ranking de competitividad a nivel mundial y por segundo año consecutivo España ocupa la posición 36 a pesar de la "muy delicada" situación macroeconómica que atraviesa, dicho ranking compara el grado de competitividad de 144 economías, y vuelve a estar encabezado por Suiza y Singapur.