Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), ha asegurado este martes que hay "menos de tres meses" para salvar al euro y ha concretado que es necesario tomar acciones durante este tiempo.
El fondo de rescate temporal planteado por Bruselas, el denominado FEEF, podría ser la herramienta utilizada para la recapitalización de la banca española con el fin de evitar la inquietud de los inversores por el carácter de acreedor preferente del Mede, el instrumento permanente de emergencia.
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, ha dado otra versión diferente a la aportada por el presidente del Gobierno sobre quién y cómo se decidió el rescate a la banca española.
La zona euro trabaja en un plan de contingencia por si Grecia decidiera salir del euro después de las elecciones del 17 de junio. De darse esa situación, se incluirían diversas medidas de control, como la restricción de sacar dinero en los cajeros automáticos y el restablecimiento de controles fronterizos para evitar la salida de dinero del país.
Luis De Guindos, ministro de economía, afirma que la batalla del euro se está jugando ahora mismo en España e Italia. También asegura que un primer informe del FMI ultima que un 70% de la banca española está "perfectamente" sano.
No parece que la solución al castigo del os mercados vaya a llegar, para España, del BCE. Mario Draghi presidente del Banco Central Europeo (BCE) se niega a que la institución intervenga para contener la presión de los mercados contra España.
La prima de riesgo ha superado de nuevo su cifra máxima, por encima de los 540 puntos básicos, récord desde la introducción del euro. Al inicio de la jornada llegó a superar momentáneamente los 543 puntos básicos, frente a los 541,2 puntos básicos que marcó al cierre de ayer, debido a las dudas que despiertan las nacionalización de Bankia y el futuro de Grecia.
La incertidumbre respecto a la posibilidad de que Grecia acabe finalmente abandonando la zona euro, así como sobre la situación de los bancos y las cuentas públicas de varios países de la periferia han pesado sobre la cotización del euro.
