El doctor Karl Meyer y su ayudante John Palmer nunca imaginaron la cantidad de usos que la medicina podría darle a la molécula que extrajeron de los ojos de una vaca en 1934. La bautizaron como ácido hialurónico y no fue hasta la década de los 80 cuando comenzó a usarse.
La piel cercana a los ojos tiene unas características que hacen de esa área una de la más sensibles del cuerpo y sus problemas más comunes son las arrugas, bolsas y ojeras.
El ácido hialurónico es una sustancia natural que está presente en nuestro organismo. Como todo producto natural, presenta un mínimo riesgo de reacciones alérgicas para los...