Roberto Troya, vicedirector del Fondo Mundial por la Naturaleza (WWF) ha afirmado recientemente que la expansión de la «frontera agrícola» ha dejado en «mínimos» las masas boscosas de Paraguay. El Fondo Mundial por la Naturaleza es una ONG internacional que lucha por la defensa del medioambiente.
Troya ha señalado que no es posible pensar en desarrollo económico sin conservar la naturaleza. Utilizó como ejemplo el caso del crecimiento de Paraguay, propiciado por la producción agrícola para la exportación, que a su vez redujo de 9 a 1,5 millones de hectáreas los bosques del país entre 1950 y 2004, según WWF.
En 2004, el país alcanzó el mayor rango de deforestación de América y el segundo del mundo, que solo consiguió frenarse tras aprobar la ley conocida como «Deforestación Cero», la cual solo afecta a la mitad del territorio paraguayo, de acuerdo con WWF.
«Valoramos el trabajo del Legislativo para continuar con la ley de deforestación cero que apunta precisamente a tratar de regular un proceso de bajada de la frontera agrícola», explicó Troya.
Según el experto en política ambiental, el crecimiento de la demanda de soja y carne en países como China es tan grande que «hay que influir en el mercado chino», para conseguir que haya una producción agrícola que respete los bosques y los cauces hídricos en los países productores, como Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay.
«No basta con lo que podamos conseguir en Paraguay, hay que hacer que toda tenga una contraparte en China, si no influimos en ese mercado no se pueden tomar medidas», aseguró.
Troya ha propuesto «trabajar con las grandes comercializadores de soja», para que solo compren producción de cultivos que se haya certificado que respetan el medio ambiente.
«Hay 7 o 10 comercializadores mundiales que pueden exigir o solo comprar soja certificada, o soja legal. Es una propuesta para varias comodities, ya que pedimos lo mismo con los productos de mar», manifestó.
El vicedirector de WWF Internacional para Latinoamérica y el Caribe pidió que se consoliden corredores ecológicos en Paraguay, porque «desde 1999 la cobertura del bosque Atlántico se ha ido perdiendo hasta llegar a mínimos».
El uso de pesticidas en Paraguay ha provocado las protestas de campesinos, porque dicen que sus animales y cultivos de subsistencia se ven afectados. Los labriegos exigen al Gobierno que controle el uso de los agroquímicos por parte de los grandes terratenientes para que cumplan la ley, mientras que estos aseguran respetarla.
«Nosotros somos muy críticos con los procesos de contaminación de poblaciones. Se deben cumplir las normas y los protocolos internacionales porque la contaminación por el uso de agrotóxicos es evidente», dijo Troya.
«Esto ha significado grandes batallas en distintos países del mundo, hay un consenso muy grande de que el uso indebido de esos agrotóxicos no es compatible con una calidad alimentaria y de vida», añadió el vicedirector de WWF.