Renfe obtuvo un beneficio neto de 85 millones de euros en los once primeros meses del año, un 14,2% más respecto al dato del mismo período de 2018, impulsado por el aumento del negocio de Alta Velocidad, que en 2020 se abre a la competencia.
La compañía ferroviaria enfila así el cierre de 2019 como su tercer ejercicio consecutivo en ‘números negros’, si bien sus cuentas incluyen como ingresos los 1.000 millones anuales que el Estado le ‘paga’ por las Cercanías y Media Distancia (regionales), trenes considerados de servicio público y de los que la operadora pública mantiene el monopolio.
Por el momento, hasta el cierre de noviembre, Renfe contabilizó ingresos totales de 3.691,92 millones de euros, un 2,3% más, de los que 2.112,5 millones provinieron del negocio transporte de viajeros.
No obstante, los gastos registraron un mayor aumento, del 3%, hasta suponer 3.247 millones de euros. Por ello, el beneficio bruto de explotación (Ebitda), disminuyó un 2,6%, hasta situarse en 443,9 millones.
El continuo aumento de viajeros impulsó las cuentas de Renfe, dado que elevó un 1% el número de total de pasajeros transportados entre enero y noviembre, hasta sumar 468 millones de pasajeros.
En el caso del AVE, servicio en el que tendrá competidores a partir de finales de 2020, el porcentaje de crecimiento asciende hasta el 4,7%, dado que en este periodo viajaron en este tipo de trenes 20,5 millones de usuarios.